Alcalá la Real, en Jaén, es un destino sorprendente para los amantes del vino. En esta localidad, situada entre sierras y olivares, se cultivan viñedos que dan lugar a vinos de gran calidad y personalidad. La combinación de un clima privilegiado y la tradición vitivinícola de la zona permiten la producción de tintos, blancos y rosados que destacan por su autenticidad.
Las bodegas de Alcalá la Real ofrecen una experiencia única, donde el visitante puede adentrarse en el proceso de elaboración del vino, desde el cultivo de la uva hasta la cata de las distintas variedades. Estos vinos, reconocidos por su equilibrio y matices, reflejan el carácter de la tierra jienense.
Además, la gastronomía local, rica en productos tradicionales como el aceite de oliva virgen extra y los embutidos artesanales, marida a la perfección con los vinos de la región.